Sostenibilidad ambiental, la nueva ventaja competitiva
La sostenibilidad ambiental es un concepto que atañe a toda la humanidad, no limitándose a un sector específico. En el caso de la industria marítima, adquiere una complejidad aún mayor, ya que implica una responsabilidad global y un compromiso firme para contribuir a la sostenibilidad del mundo. Esto se debe a que las flotas son móviles y navegan por todo el planeta a través de los océanos y sus operaciones, así como su impacto ambiental, no pertenecen a un solo país, sino que nos afectan a todos. Los puertos, como parte intrínseca de la cadena logística global, deben adaptarse para contribuir de manera efectiva a este mismo propósito.
Sin embargo, proteger el medio ambiente a través de acciones sostenibles no solo es una necesidad ética, sino también una oportunidad de negocio. Para lograrlo, es necesario realizar ajustes eficientes en toda la cadena productiva de cualquier industria, lo cual conduce a la adopción de las mejores prácticas. Estas, a su vez, generan eficiencias operativas que resultan en mejores retornos económicos. Ese beneficio económico adicional se convierte en un estímulo clave para fomentar la implementación de soluciones de este tipo.
La conservación de los recursos naturales se logra adoptando prácticas empresariales alineadas con su respeto y protección, implementando tecnologías que los aprovechen de manera sostenible y fomentando una cultura organizacional que genere conciencia sobre su importancia. Cada día se hace más evidente el impacto negativo que la falta de equilibrio en su protección está causando. No existe región del mundo que no esté experimentando sus efectos, manifestados en fenómenos que antes no se presentaban con tal magnitud: incendios forestales devastadores, inundaciones catastróficas, huracanes y tormentas intensas, y erosión del suelo que desestabiliza ecosistemas enteros. Las pérdidas son tan grandes que, si los recursos necesarios para su recuperación y el bienestar de las comunidades afectadas se invitieran en medidas preventivas, lograríamos una diferencia significativa en la mitigación de estos desastres.
Más que una necesidad puntual o una "moda", la reducción de la huella de carbono es una cuestión fundamental para la supervivencia y la sostenibilidad de la humanidad.
La industria marítima y portuaria ha estado enfrentando una creciente presión para mejorar su desempeño en términos de sostenibilidad y alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. En respuesta, ha promovido la adopción de tecnologías más limpias y la mejora de la eficiencia energética tanto en los buques como en las operaciones portuarias, con el fin de reducir su impacto. Se están implementando combustibles más sostenibles, como el gas natural licuado (GNL), biocombustibles, hidrógeno y amoníaco verde, mientras que algunos barcos experimentan con sistemas de propulsión basados en energía eólica o solar.
Aunque la industria marítima y portuaria está avanzando hacia la sostenibilidad, el proceso es desafiante y no está exento de dificultades. Las regulaciones globales, las innovaciones tecnológicas y las iniciativas individuales están contribuyendo a mejorar el desempeño en relación con los ODS. Sin embargo, se requiere un esfuerzo constante para alcanzar objetivos más ambiciosos, especialmente en términos de descarbonización y protección del medio ambiente marino.
La transición energética y las operaciones cada vez más sostenibles se materializan a través de diversas iniciativas, tales como la electrificación de los equipos portuarios y de movilización, el uso de iluminación LED, el aprovechamiento de fuentes renovables de energía como los paneles fotovoltaicos, y el diseño de edificaciones que integran factores bioclimáticos y materiales que optimizan la eficiencia energética. Además, se promueve el aprovechamiento de aguas lluvias, la recuperación de aguas servidas, y la gestión de residuos sólidos mediante su transformación en compostaje para reincorporarlos de manera circular como abonos fértiles. Todas estas prácticas ya las estamos aplicando en el Grupo Puerto de Cartagena.
Nuestra organización también está certificada por EcoPorts y forma parte de un conjunto de puertos que genera iniciativas y realiza un seguimiento continuo a los asuntos medioambientales. Esta red facilita, además, el intercambio de conocimientos entre aproximadamente 100 puertos asociados —Green Ports—, lo que nos permite adoptar mejores prácticas en tecnología y procesos para minimizar la huella ambiental.
En la medida en que se logre estructurar un modelo sostenible basado en el aprovechamiento circular, se alcanzarán eficiencias que además de mejorar los retornos económicos, contribuyen a crear un mejor ambiente de trabajo para las personas.
Además, es fundamental incentivar la implementación de infraestructuras portuarias diversificadas y flexibles que permitan el uso de combustibles más amigables con el medioambiente, como el gas natural licuado (GNL), el amoníaco verde y el hidrógeno verde. Estas iniciativas deben integrar aspectos económicos, regulatorios y de desarrollo del talento humano.
Por último, está la apuesta por tecnologías digitales de vanguardia. La incorporación de herramientas como la inteligencia artificial (IA), que requiere grandes volúmenes de datos precisos y actualizados; la automatización y el Internet de las Cosas (IoT), que transforman la gestión portuaria enfrentando desafíos de interoperabilidad y seguridad de datos; los gemelos digitales, que ofrecen beneficios en la visualización y gestión en tiempo real, aunque exigen inversiones significativas; y las redes 5G, cuyo despliegue implica altos costos e infraestructura adecuada. Todas estas tecnologías deben integrarse en políticas y acciones coordinadas que reduzcan el impacto ambiental.
Es necesario un esfuerzo decidido para alcanzar metas más ambiciosas. Superar estos desafíos es esencial para lograr puertos más eficientes, sostenibles y competitivos en el futuro. Hoy, más que nunca, estar preparados es una prioridad.
Juan Carlos Acosta, gerente de Contecar.