Arroz con hierro
La República, 11 de Mayo 1997
Pachito Guardó “el Pelúo” llegaba puntualmente a los muelles procedente de Arjona, a golpe de 11 de la mañana. Siempre era portador de dos ollas. En la una traía bollos de mazorca, chicharrones y chuletas de cerdo; en la otra, una respetable cantidad de arroz compuesto.
Algunas veces era arroz con cerdo, en otras con pollo, o combinaba trocitos de cerdo y menudencias de pollo. Para mayo y junio había días dedicados al arroz con cangrejo, y en semana santa no faltaba el de mojarra ahumada. La sazón de los arroces de “El Pelúo” era famosa entre los muelleros.
Tan pronto como Pachito entraba a los predios del terminal comenzaba a vocear su producto, así: “Hoy es de cerdo, rico en vitaminas y minerales”, o también “hoy con pollo combinado con cerdo”, siempre terminando en el estribillo “rico en vitaminas y minerales”.
No siempre conseguía vender la totalidad del producto del día. En esos casos, le tocaba devolverse con parte del arroz pegado al fondo de la olla. Los guardas de la aduana y los celadores de “Colpuertos” ya lo conocían, por lo que no encontraba inconvenientes para entrar, ni para salir.
Un mal día en el que muy pocos trabajadores de rotación ingresaron al puerto, bien avanzada la tarde, aún tenía media olla sin vender. Pesaroso, se dirigió a la puerta para buscar su bus de regreso. Al destapar la olla en la puerta principal, el turco Sanjur, guarda de aduana, le comentó: “Pelúo, hoy como que la venta ha estado muy pesada”; a lo que respondió el joven Guardo: “Efectivamente, he vendido muy poco”.
Ya en el parqueadero, al tratar de abordar el bus, resbaló Pachito en el estribo y la olla cayó al suelo, esparciéndose su contenido en el pavimento. Allí había mucho arroz, algunas presas de cerdo y doce cajetas de cartón en las que se podía leer claramente: “S.K.F. cojinetes de bolas, Made in Sweden”. El Pelúo procedió apresuradamente a recoger lo derramado, mientras los muelleros, que también iban a abordar el bus, le gritaban: “¡Ajá, Pelúo!, conque arroz con balineras”.
Diez días permaneció Pachito Guardo sin asistir al terminal. Pero iban a pagar a los rotantes y él tenía necesidad de recoger algunos fiados. Con cara de perro, como si nada hubiera ocurrido, entró a la zona portuaria voceando el producto del día: “Hoy es combinado, arroz con cerdo y pollo, con muchas vitaminas y minerales”. Miguel Gaviria “El Miti”, que estaba en antecedentes de los sucesos, en alta voz, dirigiéndose al Pelúo, dijo: “Sí, señor, muy rico en minerales, especialmente en hierro”. A Pachito ya no lo apodan “El Pelúo”, ahora le dicen “Arroz con hierro”.